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Felipe Ian: el viedmense de los colores intensos que dejó su huella en La Voz Argentina (video)

Mostró su bello estilo musical.

Felipe Ian: el viedmense de los colores intensos que dejó su huella en La Voz Argentina (video)

Mostró su bello estilo musical.

A veces, no se trata de ganar. A veces, basta con dejar una marca, un gesto, una nota afinada con el alma. Eso hizo Felipe Ian Babarzi Cuervo, un joven de 21 años nacido en Viedma, que este martes iluminó el escenario de La Voz Argentina con su presencia magnética y una interpretación cargada de sensibilidad.

Felipe no pasó la audición a ciegas. Pero pasaron cosas. Pasó él, con su estilo propio, su estética vibrante y su voz que, aunque no terminó de conectar con el jurado, sí conectó con algo más hondo: el deseo, el riesgo, el amor por la música que lo ha sostenido en los días más grises. “La música me salvó la vida”, dijo al final, con los ojos brillosos y el pecho abierto como una partitura sincera.

Eligió interpretar “Amor loco”, de Emmanuel Horvilleur, una apuesta arriesgada y elegante. Desde la primera frase, Felipe desplegó ese "algo" que lo distingue: una mezcla de vulnerabilidad y estilo, de frescura y profundidad, de pop con perfume a revolución personal.

El jurado —Lali Espósito, Ale Sergi, Juliana Gattas y Lukra— no giró sus sillas, pero todos destacaron su estilo. Lali, con calidez, le dijo que era “un artista con un ángel”, y no es poco. A veces no se gira una silla, pero se abre una puerta. La de la visibilidad. La de los que no encajan del todo, pero deslumbran igual.

Desde su llegada a Buenos Aires, Felipe no paró de buscar su lugar entre luces, sonidos y maquillajes. Antes había llegado a la final de Los 8 Escalones, mostrando otra faceta de su talento. Pero La Voz fue distinta. Fue íntima. Fue arte puro. “Voy por la vida con colores y detalles”, dijo en su presentación. Y así fue: apareció en pantalla como un estallido de personalidad, un destello viedmense en la televisión nacional.

Felipe no necesita una silla girada para saber quién es. Ya se está construyendo su camino, paso a paso, nota a nota, con la misma pasión que lo llevó hasta ese escenario. En un mundo que a veces se pinta en blanco y negro, él sigue cantando en technicolor.

 

 

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